I Corintios 15, 8-11

Y en último término se me apareció también a mí, que soy como un aborto. Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la iglesia de Dios. Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído.
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