I Crónicas 11, 11-47

Ésta es la lista de los héroes que tenía David: Yasobán, hijo de Jacmoní, jefe de los Treinta, que blandió su lanza e hizo más de trescientas bajas de una sola vez.
Después de él Eleazar, hijo de Dodó, el ajotita, que era uno de los Tres héroes. Éste estaba con David en Fesdamín, donde los filisteos se habían concentrado para la batalla. Había allí una parcela toda de cebada, y el pueblo estaba ya huyendo delante de los filisteos, pero él se apostó en medio de la parcela, la defendió y derrotó a los filisteos. Yahvé obró allí una gran victoria.
Tres de los Treinta bajaron a la peña de la cueva de Adulán, donde David, cuando los filisteos se hallaban acampados en el Valle de los Refaín. David estaba a la sazón en el refugio, mientras que una guarnición de filisteos ocupaba Belén. Le vino a David un deseo y dijo: «¡Quién me diera a beber agua de la cisterna que hay en la puerta de Belén!» Rompieron los Tres por el campamento de los filisteos, sacaron agua de la cisterna que hay en la puerta de Belén, se la llevaron y se la ofrecieron a David. Pero David no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Yahvé, diciendo: «¡Líbreme Dios de hacer tal cosa! ¿Voy a beber yo la sangre de estos hombres junto con sus vidas? Pues con riesgo de sus vidas la han traído.» Y no quiso beberla. Esto hicieron los Tres héroes.
Abisay, hermano de Joab, era el primero de los Treinta. Hirió con su lanza a trescientos hombres, y conquistó renombre entre los Treinta. Fue más afamado que los Treinta, llegando a ser su capitán; pero no igualó a los Tres.
Benaías, hijo de Joadá, hombre valeroso y pródigo en hazañas, de Cabseel, mató a los dos héroes de Moab; además bajó y mató a un león dentro de una cisterna, en un día de nieve. Mató también a un egipcio que tenía cinco codos de altura; tenía el egipcio una lanza en su mano del tamaño de un enjullo de tejedor, pero Benaías bajó contra él con un bastón, arrancó la lanza de la mano del egipcio, y con su misma lanza lo mató. Esto hizo Benaías, hijo de Joadá, y se conquistó renombre entre los Tres héroes. Fue muy famoso entre los Treinta, pero no igualó a los Tres; David le hizo jefe de su guardia personal.
Los valientes esforzados fueron: Asael, hermano de Joab; Eljanán, hijo de Dodó, de Belén; Samá, de Arod; Jeles, el pelonita; Irá, hijo de Iqués, de Técoa; Abiezer, de Anatot; Sibcay, de Jusá; Ilay, el ajotita; Mahray, de Netofá; Jéled, hijo de Baaná, de Netofá; Itay, hijo de Ribay, de Guibeá, de los hijos de Benjamín; Benaías, de Piratón; Juray, de los torrentes de Gaás; Abiel, de Arabá; Azmávet, de Bajurín; Elyajbá, de Saalbín; Bené Hasén, el guizonita; Jonatán, hijo de Sagué, de Arar; Ajián, hijo de Sacar, el ararita; Elifélet, hijo de Ur; Jéfer, de Mequerá; Ajías, el pelonita; Jesró, de Carmelo; Naaray, hijo de Ezbay; Joel, hermano de Natán; Mibjar, hijo de Agrí; Sélec, el amonita; Najray, de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; Irá, de Yatir; Gareb, de Yatir; Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ajlay; Adiná, hijo de Sizá, el rubenita, jefe de los rubenitas, y con él treinta; Janán, hijo de Maacá; Josafat, el mitnita; Uzías, de Astarot; Samá y Yeiel, hijos de Jotán, de Aroer; Yediael, hijo de Simrí; Jojá, su hermano, el tisita. Eliel, el majavita; Yeribay y Josavías, hijos de Elnaán; Yitmá, el moabita; Eliel, Obed y Yaasiel, de Sobá.
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