I Juan 4, 7-16


III.En las fuentes del amor y de la fe
En la fuente del amor.
Queridos,
amémonos unos a otros,
porque el amor es de Dios,
y todo el que ama
ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es Amor. En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios;
en que Dios envió al mundo a su Hijo único
para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor:
no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo
como víctima de expiación por nuestros pecados. Queridos,
si Dios nos ha amado de esta manera,
también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca.
Si nos amamos unos a otros,
Dios mora en nosotros
y su amor ha llegado en nosotros a la perfección. En esto reconocemos
que moramos en él y él en nosotros:
en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto
y damos testimonio
de que el Padre ha enviado a su Hijo,
como Salvador del mundo. Si uno confiesa que Jesús es el Hijo de Dios,
Dios mora en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido
y hemos creído en el amor que Dios nos tiene.
Dios es Amor:
y el que permanece en el amor
permanece en Dios y Dios en él.
Ver contexto