I Macabeos 14, 4-15
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El país de Judá gozó de paz durante todos los días de Simón*. Él procuró el bien a su nación, les fue grato su gobierno y su gloria en todo tiempo. Además de toda su gloria, tomó a Jope como puerto y se abrió paso a las islas del mar. Ensanchó las fronteras de su nación, se hizo dueño del país y repatrió numerosos cautivos. Tomó Gázara, Bet Sur y la Ciudadela*, la limpió de sus impurezas y no hubo quien le resistiera. Cultivaban en paz sus tierras; la tierra daba sus cosechas y los árboles del llano sus frutos. Los ancianos, sentados en las plazas, conversaban sobre el bienestar, y los jóvenes vestían galas y armadura. Procuró bastimentos a las ciudades y las protegió con fortificaciones, hasta llegar la fama de su gloria a los confines de la tierra. Estableció la paz en el país y gozó Israel de gran alegría. Se sentaba cada cual bajo su parra y su higuera y no había nadie que los inquietara. No quedó en el país quien los combatiera, y fueron derrotados los reyes en aquellos días. *Dio apoyo a los humildes de su pueblo (14c) e hizo desaparecer a todo impío y malvado. (14b) Observó fielmente la Ley, dio gloria al Lugar Santo y multiplicó su ajuar. ”