I Reyes 13, 12-19

Cuando terminaron su relato, el padre les preguntó: «¿Por qué camino se ha ido?» Sus hijos le mostraron el camino por el que se había ido el hombre de Dios venido de Judá. Dijo a sus hijos: «Aparejadme el asno.» Aparejaron el asno y se montó en él. Fue en pos del hombre de Dios y lo encontró sentado bajo el terebinto. Le preguntó: «¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá?» Él respondió: «Yo soy.» Le dijo: «Ven conmigo a casa y toma algo de comer.» Respondió: «No puedo volver contigo ni entrar en tu casa. No puedo comer pan ni beber agua en este lugar porque he recibido orden, por la palabra de Dios: “No comerás pan ni beberás agua ni volverás por el camino por el que viniste”.» Pero él le dijo: «También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por orden de Yahvé diciendo: “Hazle volver contigo a tu casa y que coma pan y beba agua”», pero le estaba mintiendo. Lo hizo volver y comió pan y bebió agua en su casa.
Ver contexto