I Reyes 13, 20-25

Estando ellos sentados a la mesa, llegó la palabra de Dios al profeta que lo había hecho volver. Éste gritó al hombre de Dios venido de Judá: «Así dice Yahvé: Has desobedecido la voz de Yahvé y no has guardado la orden que Yahvé tu Dios te había dado, sino que has vuelto y has comido pan y bebido agua en el lugar del que dijo: “No comerás pan y no beberás agua”. Por ello, tu cadáver no acabará en la tumba de tus antepasados.» Después que hubo comido y bebido, le aparejó su asno (al profeta al que había hecho volver). Éste partió, y un león le salió al encuentro en el camino y lo mató; su cadáver yacía en el camino, el asno de pie junto a él y el león erguido también junto al cadáver. Algunos hombres que pasaban vieron el cadáver tirado en el camino y al león de pie junto al cadáver; fueron y lo contaron en la ciudad en la que vivía el anciano profeta.
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