I Reyes 21, 27-29


Arrepentimiento de Ajab.
Al oír estas palabras, Ajab rasgó sus vestiduras, se echó un sayal sobre el cuerpo y ayunó. Se acostaba con el sayal puesto y andaba pesadamente. Llegó a Elías tesbita la palabra de Yahvé diciendo: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no traeré el mal en los días de su vida, sino en vida de su hijo.»
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