I Reyes 8, 1-9


Traslado del arca de la alianza.
Entonces Salomón congregó a los ancianos de Israel (todos los jefes de las tribus y los cabezas de familia de los israelitas ante el rey Salomón) en Jerusalén para hacer subir el arca de la alianza de Yahvé desde la ciudad de David, que es Sión. (Se congregaron en torno al rey Salomón todos los hombres de Israel). En el mes de Etanín (que es el mes séptimo, en la fiesta, vinieron todos los ancianos de Israel y) los sacerdotes condujeron el arca (e hicieron subir el arca de Yahvé) y la Tienda del Encuentro, con todos los objetos sagrados que había en ella. El rey (Salomón) y todo Israel (toda la comunidad de Israel reunida en torno a él) sacrificaron ante el arca ovejas y bueyes en número incalculable e incontable. Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahvé al santuario del templo, el Santo de los Santos, a su propio lugar, situado bajo las alas de los querubines. Los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca y cubrían el arca y sus varales por encima. Los varales se prolongaban hasta dejar ver sus extremos desde el santuario, pero no se dejaban ver más hacia fuera. (Han estado allí hasta el día de hoy). En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que Moisés depositó allí, en el Horeb, las tablas de la alianza que Yahvé estableció con los israelitas cuando salieron de la tierra de Egipto.
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