I Reyes 8, 51-53

porque son tu pueblo y tu heredad, los que sacaste de Egipto, del crisol del hierro.

Conclusión de la plegaria y bendición del pueblo.
«Estén abiertos tus ojos a la súplica de tu siervo, a la súplica de tu pueblo Israel, para escucharles en cuanto te imploren. Porque tú, Señor Yahvé, los apartaste para ti, en herencia, entre todos los pueblos de la tierra, según dijiste a través de Moisés tu siervo cuando sacaste a nuestros padres de Egipto.»
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