I Reyes 8, 65-66

En aquella ocasión Salomón celebró la fiesta. Todo Israel estaba con él, una asamblea inmensa, desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, ante Yahvé, nuestro Dios, en el templo que había construido. Comieron, bebieron e hicieron fiesta ante Yahvé, nuestro Dios, durante siete días. El día octavo despidió al pueblo. Bendijeron al rey y regresaron a sus tiendas, gozosos y felices por todos los beneficios que Yahvé había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.
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