I Samuel 18, 6-7


Despierta la envidia de Saúl.
A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las mujeres de todas las ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar danzando al son de adufes y triángulos con cantos de alegría. Las mujeres, danzando, cantaban a coro:
«Saúl mató sus millares
y David sus miriadas.»
Ver contexto