I Samuel 20, 40-42

Dio Jonatán sus armas al muchacho que estaba con él y le dijo: «Anda, llévalas a la ciudad.» Se marchó el muchacho y David se levantó de junto a la loma. Y, cayendo sobre su rostro en tierra, se postró tres veces. Se abrazaron los dos y lloraron copiosamente. Dijo Jonatán a David: «Vete en paz, ya que nos hemos jurado en nombre de Yahvé: “Que Yahvé esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre.”»
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