I Samuel 25, 4-8

Supo David en el desierto que Nabal estaba esquilando su rebaño y mandó diez muchachos. David dijo a los muchachos: «Subid a Carmelo y llegad donde Nabal y le saludáis en mi nombre. Le diréis: “Que sea así también el año que viene. Salud para tí, salud para tu casa y salud para todo lo tuyo. He sabido que estás de esquileo; pues bien, tus pastores han estado con nosotros y nunca les hemos molestado ni han echado en falta nada de lo suyo mientras estuvieron en Carmelo. Pregunta a tus criados y ellos te lo dirán. Que estos muchachos encuentren, pues, gracia a tus ojos, ya que hemos venido en un día de fiesta, y dales lo que tengas a mano para tus siervos y tu hijo David.”»
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