II Crónicas  12, 13-14

Se afianzó, pues, el rey Roboán en Jerusalén, y reinó. Roboán tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yahvé entre todas las tribus de Israel para poner allí su Nombre.
Su madre se llamaba Naamá, y era amonita. Hizo lo que era malo, porque no había dispuesto su corazón para buscar a Yahvé.
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