II Crónicas 3, 8-9
“
Construyó también la sala del Santo de los Santos, cuya longitud, correspondiente al ancho del templo, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veinte codos. Lo recubrió de oro puro, que pesaba seiscientos talentos. Los clavos de oro pesaban cincuenta siclos. Recubrió también de oro las salas superiores. ”