II Crónicas  6, 41-42

Y ahora
¡levántate, Yahvé Dios, hacia tu reposo,
tú y el arca de tu fuerza!
¡Que tus sacerdotes, Yahvé Dios, se revistan de salvación,
y tus fieles gocen de la felicidad!
Yahvé, Dios mío, no rechaces el rostro de tu Ungido;
acuérdate de las misericordias otorgadas a David tu siervo.»
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