II Crónicas  8, 12-16

Entonces empezó a ofrecer Salomón holocaustos a Yahvé sobre el altar de Yahvé que había erigido delante del vestíbulo; ofreció holocaustos según el rito de cada día, conforme a lo prescrito por Moisés, en los sábados, los novilunios y en las solemnidades, tres veces al año: en la fiesta de los Ázimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Tiendas. Estableció también las secciones de los sacerdotes en sus servicios conforme al reglamento de su padre David, a los levitas en sus cargos de alabar y servir junto a los sacerdotes, según el rito de cada día; y a los porteros con arreglo a sus secciones, en cada puerta; porque ésta era la orden de David, hombre de Dios. No se apartaron en nada de la orden del rey en lo tocante a los sacerdotes y los levitas, ni tampoco en lo relativo a los tesoros. Así fue dirigida toda la obra de Salomón, desde el día en que se echaron los cimientos del templo de Yahvé hasta su terminación. De esta manera fue acabado el templo de Yahvé.
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