II Macabeos 8, 8-15


Campaña de Nicanor y Gorgias.
Al ver Filipo que este hombre progresaba paulatinamente y que sus éxitos eran cada día más frecuentes, escribió a Tolomeo, estratega de Celesiria y Fenicia, para que viniese en ayuda de los intereses del rey. Éste designó enseguida a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros amigos, y lo envió al frente de no menos de veinte mil hombres de todas las naciones para exterminar la raza entera de Judea. Puso a su lado a Gorgias, general con experiencia en lides guerreras. Nicanor intentaba, por su parte, saldar con la venta de prisioneros judíos el tributo de dos mil talentos que el rey debía a los romanos. Pronto envió a las ciudades marítimas una invitación para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos por un talento sin esperarse el castigo del Todopoderoso que estaba a punto de caer sobre él.
Llegó a Judas la noticia de la expedición de Nicanor. Cuando comunicó a los que le acompañaban que el ejército se acercaba, los cobardes y desconfiados de la justicia divina, comenzaron a escaparse y alejarse del lugar; los demás vendían todo lo que les quedaba y pedían al mismo tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor tenía vendidos aun antes de haberse enfrentado. Si no por ellos, sí por las alianzas con sus padres y porque invocaban en su favor el venerable y majestuoso Nombre.
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