II Reyes  11, 4-16

El año séptimo, Joadá envió a buscar y tomó a los centuriones de los carios y de los guardias, conduciéndolos junto a sí al templo de Yahvé. Estableció un pacto con ellos, haciéndoles prestar juramento, y les presentó al hijo del rey. Luego, les ordenó: «Esto habéis de hacer: un tercio de los que entran de servicio el sábado, mantendrán la guardia del palacio real. ( )Otro tercio se situará en la Puerta de la Fundación, y otro tercio en la puerta detrás de los guardias, manteniendo la guardia del templo por todos lados. Las otras dos divisiones, todos los que salen de servicio el sábado, quedarán de guardia en el templo de Yahvé para protección del rey. Rodearéis al rey por todos lados, arma en mano. El que intente forzar vuestras filas morirá. Manteneos junto al rey en su ir y venir.»
Los centuriones cumplieron cuanto el sacerdote Joadá les ordenó. Cada uno tomó sus hombres, los que entraban y los que salían de servicio el sábado, y se presentaron ante el sacerdote Joadá. El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y escudos del rey David depositados en el templo de Yahvé. Los guardias se apostaron, arma en mano, desde el extremo sur hasta el extremo norte del templo, ante el altar y el templo, rodeando al rey de un lado y de otro. Hizo salir entonces al hijo del rey y le impuso la diadema y las insignias. Luego lo proclamaron rey y lo ungieron. Batieron palmas y gritaron: «¡Viva el rey!»
Cuando Atalía oyó el griterío de los guardias y del pueblo, se fue hacia la muchedumbre que estaba en el templo de Yahvé. Miró y vio al rey de pie junto a la columna, según la costumbre, los jefes con sus trompetas junto al rey, y a todo el pueblo de la tierra en júbilo y tocando las trompetas. Atalía rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Traición, traición!» Entonces el sacerdote Joadá dio orden a los jefes de las tropas: «Hacedla salir de entre las filas. Quien la siga será pasado a espada» (pues el sacerdote se decía: «No debe ser ejecutada en el templo de Yahvé.») Le abrieron paso y, cuando entró en el palacio real por la Puerta de los Caballos, allí fue ejecutada.
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