II Reyes  23, 15-16


La reforma se extiende al antiguo reino del Norte.
También derribó el altar que había en Betel y el altozano que había levantado Jeroboán, hijo de Nebat, el que hizo incurrir en pecado a Israel. Quemó el altozano, rompió las piedras, las redujo a polvo, y quemó el cipo sagrado.
Josías se dio la vuelta y vio los sepulcros que había allí en la montaña. Mandó entonces que recogieran los huesos de las tumbas y los quemaran sobre el altar. Lo profanó en cumplimiento del oráculo de Yahvé que el hombre de Dios había proclamado (cuando Jeroboán estaba en pie junto al altar durante la fiesta. Josías se dió la vuelta y alzó los ojos sobre la tumba del hombre de Dios que había proclamado estos acontecimientos).
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