II Reyes  23, 33-34

El faraón Necó lo hizo prisionero en Riblá, en el país de Jamat (para impedirle reinar en Jerusalén), e impuso al país una indemnización de cien talentos de plata y diez talentos de oro. El faraón Necó designó rey a Eliaquín, hijo de Josías, en lugar de su padre Josías, cambiando su nombre por el de Joaquín. Tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, donde murió.
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