II Samuel  5, 6-10


Conquista de Jerusalén.
Marchó el rey con sus hombres sobre Jerusalén contra los jebuseos que habitaban aquella tierra. Dijeron éstos a David: «No entrarás aquí; porque hasta los ciegos y cojos bastan para rechazarte.» (Querían decir: no entrará David aquí.) Pero David conquistó la fortaleza de Sión, que es la Ciudad de David. Y dijo David aquel día: «Todo el que quiera atacar a los jebuseos deberá subir por el canal. En cuanto a los ciegos y a los cojos, David los aborrece.» Por eso se dice: «Ni cojo ni ciego entrarán en la Casa.» David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. Edificó una muralla en derredor, desde el Miló hacia el interior. David iba medrando y Yahvé, el Dios Sebaot, estaba con él.
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