Apocalipsis  14, 11-12

Y la humareda de su tormento se eleva por los siglos de los siglos; no hay reposo, ni de día ni de noche , para los que adoran a la Bestia y a su imagen, ni para el que acepta la marca de su nombre.» Aquí se requiere la paciencia de los santos, de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
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