Apocalipsis  18, 17-19

que en una hora ha sido arruinada tanta riqueza!»
Todos los capitanes, oficiales de barco y los marineros, y cuantos se ocupan en trabajos del mar, se quedaron a distancia y gritaban al ver la humareda de sus llamas: «¿Quién como la gran ciudad?» Y echando polvo sobre sus cabezas, gritaban llorando y lamentándose:
«¡Ay, ay, la gran ciudad,
con cuya opulencia se enriquecieron
cuantos tenían las naves en el mar;
que en una hora ha sido asolada!»
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