Apocalipsis  21, 15-17

El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. La ciudad es un cuadrado: su longitud es igual a su anchura. Midió la ciudad con la caña, y tenía doce mil estadios. Su longitud, anchura y altura son iguales. Midió luego su muralla, y tenía ciento cuarenta y cuatro codos —con medida humana, que era la del ángel—.
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