Baruc 6, 25-27

Como no tienen pies, son llevados a hombros, mostrando a los hombres su propia deshonra. También quedan abochornados sus servidores, porque si se caen al suelo, hay que levantarlos; si los ponen de pie, no pueden moverse por sí mismos; si los reclinan, no pueden enderezarse; y cuando les hacen ofrendas son como muertos. Los sacerdotes venden sus víctimas para provecho propio; lo mismo que sus mujeres las ponen en conserva, sin repartir nada a pobres y enfermos. Incluso tocan sus víctimas las que están con la regla y las recién paridas.
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