Colosenses 2, 20-22

Una vez que habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué sujetaros, como si aún estuvierais en el mundo, a preceptos como «no toques», «no pruebes», «no acaricies», cosas todas destinadas a perecer con el uso, y conforme a preceptos y doctrinas puramente humanos?
Ver contexto