Daniel  3, 5-7

En el momento en que oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la cítara, el arpa, el salterio, la zampoña y los demás instrumentos musicales, os postraréis para adorar la estatua de oro que ha erigido el rey Nabucodonosor. Y aquél que no se postre y la adore será inmediatamente arrojado a un horno de fuego abrasador.» Y efectivamente, en cuanto se escuchó el sonido del cuerno, la flauta, la cítara, el arpa, el salterio, la zampoña y los demás instrumentos musicales, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron a adorar la estatua de oro que había erigido el rey Nabucodonosor.
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