Daniel  4, 20

«En cuanto al vigilante santo que el rey vió bajar del cielo y decir: “Abatid el árbol, destruidlo, pero dejad en tierra el tocón con sus raíces, con cadenas de hierro y bronce, entre los matojos del campo; que lo empape el rocío del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo y que viva así siete años”,
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