Deuteronomio  17, 2-7

Si hay en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yahvé tu Dios te da, un hombre o una mujer que haga lo que es malo a los ojos de Yahvé tu Dios, violando su alianza, que vaya a servir a otros dioses y se postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ejército de los cielos, cosa que yo no he mandado, y es denunciado a ti, y tú le has tomado declaración y has indagado a fondo, si se comprueba como verdadera la acusación: que se ha cometido tal abominación en Israel, sacarás a las puertas de tu ciudad a ese hombre o mujer, culpables de esa mala acción, y los apedrearás, al hombre o a la mujer, hasta que mueran. Por declaración de dos o tres testigos se podrá ejecutar a un reo de muerte; no se le hará morir por declaración de un solo testigo. La mano de los testigos será la primera que caerá sobre él para darle muerte, y luego la mano de todo el pueblo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
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