Deuteronomio  21, 18-21


El hijo indócil.
Si un hombre tiene un hijo rebelde y díscolo, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre, y le castigan y no por eso les escucha, su padre y su madre lo agarrarán y lo llevarán afuera donde los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar. Dirán a los ancianos de su ciudad: «Este hijo nuestro es rebelde y díscolo, y no nos escucha, es un libertino y un borracho.» Y todos los hombres de su ciudad lo apedrearán hasta que muera. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti, y todo Israel se enterará y temerá.
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