Deuteronomio  23, 6-8

Pero Yahvé tu Dios no quiso escuchar a Balaán, y Yahvé tu Dios te cambió la maldición en bendición, porque Yahvé tu Dios te ama. No buscarás jamás mientras vivas su prosperidad ni su bienestar.
No tendrás por abominable al idumeo, porque es tu hermano. No tendrás por abominable al egipcio, porque fuiste forastero en su país.
Ver contexto