Deuteronomio  29, 16-21

Habéis visto sus monstruos abominables y los ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro que hay entre ellos.
No haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Yahvé vuestro Dios para ir a servir a los dioses de esas naciones. No haya entre vosotros raíz que produzca veneno o ajenjo. Si alguien, al oír las palabras de este juramento, se las promete felices en su corazón diciendo: «Yo tendré paz, aunque me conduzca en la terquedad de mi corazón, de modo que lo regado acabe con lo sediento», Yahvé no se avendrá a perdonarle. Porque la ira y el celo de Yahvé se encenderán contra ese hombre; todo el juramento escrito en este libro caerá sobre él, y Yahvé borrará su nombre de debajo de los cielos. Yahvé lo separará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todos los juramentos de la alianza escrita en el libro de esta Ley.

Perspectivas de destierro.
La generación futura, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, así como el extranjero llegado de un país lejano, cuando vean las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahvé la castigará, exclamarán:
Ver contexto