Deuteronomio  3, 1-13


Conquista del reino de Og.
Luego torcimos y subimos camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con toda su gente y nos presentó batalla en Edreí. Yahvé me dijo: «No le temas, porque yo lo he entregado en tus manos con toda su gente y su país. Harás con él lo que hiciste con Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón.» Yahvé nuestro Dios entregó en nuestras manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Lo derrotamos hasta no dejarle ni un superviviente. Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les conquistáramos: sesenta ciudades, toda la comarca de Argob, del reino de Og en Basán, plazas fuertes todas ellas, con altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar gran número de ciudades de los perizitas. Las consagramos al anatema, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón; consagramos al anatema a toda ciudad: hombres, mujeres y niños; aunque guardamos como botín todo el ganado y los despojos de estas ciudades.
Así tomamos entonces, de mano de los dos reyes amorreos, el país de Transjordania, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón (los sidonios llaman al Hermón Sarión, y los amorreos lo llaman Sanir): todas las ciudades de la altiplanicie, todo Galaad y todo Basán hasta Salcá y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán. (Og, rey de Basán, era el último superviviente de los refaítas: su lecho es el lecho de hierro que se halla en Rabá de los amonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho, en codos corrientes).

Reparto de Transjordania.
Este territorio del que tomamos posesión entonces: desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades, se lo di a los rubenitas y a los gaditas. A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la comarca de Argob. (A todo este territorio de Basán se le llama el país de los refaítas).
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