Deuteronomio  5, 5-22

Yo estaba entre Yahvé y vosotros para comunicaros la palabra de Yahvé, ya que vosotros teníais miedo del fuego y no subisteis a la montaña. Dijo:
«Yo soy Yahvé tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
«No tendrás otros dioses fuera de mí.
«No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahvé tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación, cuando me odian, y tengo misericordia por mil generaciones cuando me aman y guardan mis mandamientos.
«No tomarás en falso el nombre de Yahvé tu Dios, porque Yahvé no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
«Guardarás el día del sábado santificándolo, como te lo ha mandado Yahvé tu Dios. Seis días trabajarás y harás todas tus tareas, pero el día séptimo es día de descanso, consagrado a Yahvé tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que vive en tus ciudades; de modo que puedan descansar, como tú, tu siervo y tu sierva. Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahvé tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso brazo; por eso Yahvé tu Dios te manda guardar el día del sábado.
«Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahvé tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en la tierra que Yahvé tu Dios te da.
«No matarás.
«No cometerás adulterio.
«No robarás.
«No darás testimonio falso contra tu prójimo.
«No desearás la mujer de tu prójimo, no codiciarás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo.»
Estas palabras dijo Yahvé a toda vuestra asamblea, en la montaña, de en medio de la nube ardiendo y el nubarrón, con voz potente. Y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas de piedra y me las entregó a mí.
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