Eclesiastés 12, 8-10

¡Vanidad de vanidades! —dice Cohélet—: ¡todo vanidad!

Epílogo.
Cohélet, a más de ser un sabio, enseñó doctrina al pueblo. Ponderó e investigó, compuso muchos proverbios. Cohélet trabajó sin descanso inventando frases felices, y escribiendo con acierto sentencias verídicas.
Ver contexto