Eclesiastés 4, 9-12

Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Si uno cae, lo levantará su compañero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante. Si dos se acuestan, se calientan entre sí; pero el que está solo, ¿cómo se calentará?
Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil de romper.
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