Eclesiastés 5, 11-17

Dulce es el sueño del obrero, coma poco o coma mucho; pero al rico la hartura no le deja dormir.
Hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su dueño, que sólo sirve para su mal. Pierde las riquezas en un mal negocio, y el hijo que engendra se queda con las manos vacías. Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de las fatigas de sus manos. También esto es grave mal: que tal como vino, se vaya; y ¿de qué le vale fatigarse para el viento? Todos los días pasa en oscuridad, pena, fastidio, enfermedad y rabia.
Esto he experimentado: lo mejor para el hombre es comer, beber y disfrutar en medio de sus fatigas y afanes bajo el sol, en los contados días de la vida que Dios le concede; porque ésta es su paga.
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