Eclesiastés 6, 7-11

Todo el mundo se fatiga para comer,
y a pesar de todo su apetito no se sacia.
¿En qué supera el sabio al necio? ¿En qué, al pobre que sabe vivir su vida?
Mejor es lo que los ojos ven que lo que el alma desea.
También esto es vanidad y atrapar vientos.
De lo que existe, ya se anunció su nombre, y se sabe lo que es un hombre:
no puede pleitear con quien es más fuerte que él.
A más palabras, más vanidad.
¿Qué provecho saca el hombre?
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