Eclesiastés 7, 3-6

Más vale llorar que reír,
pues una cara triste puede ocultar un corazón feliz.
El sabio piensa en la casa en duelo,
pero el necio piensa en la casa en fiesta.
Más vale oír reproche de sabio
que oír alabanza de necios.
Porque como crepitar de zarzas bajo la olla,
así es el reír del necio:
y también esto es vanidad.
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