Eclesiastés 8, 10-14

Por ejemplo, he visto a malvados conducidos a la tumba; vuelve la gente del Lugar Sagrado, y se olvidan en la ciudad del modo en que obraron. ¡Otro absurdo!: que no se ejecute en seguida la sentencia de la conducta del malvado, con lo que el corazón de los humanos se llena de ganas de hacer el mal; que el pecador haga el mal cientos de veces, y se le den largas. Pues yo tenía entendido que les va bien a los temerosos de Dios, porque le temen, y que no le va bien al malvado, ni alargará sus días como sombra el que no teme a Dios.
Pues bien, un absurdo se da en la tierra:
Hay honrados tratados según la conducta de los malvados,
y malvados tratados según la conducta de los honrados.
Digo que éste es otro absurdo.
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