Ezequiel  18, 21-32

«En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, no morirá. Ninguno de los crímenes que cometió se le recordará más; vivirá a causa de la justicia que ha practicado. ¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado —oráculo del Señor Yahvé— y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?
«Pero si el justo se aparta de su justicia y comete el mal, imitando todas las abominaciones que comete el malvado, ¿vivirá acaso? No, no quedará ya memoria de ninguna de las obras justas que había practicado, sino que, a causa de la infidelidad en que ha incurrido y del pecado que ha cometido, morirá. Y vosotros decís: “No es justo el proceder del Señor.” Escuchad, casa de Israel: ¿Que no es justo mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo? Si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, a causa del mal que ha cometido muere. Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservará su vida. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había cometido; vivirá sin duda, no morirá. Y sin embargo la casa de Israel dice: “No es justo el proceder del Señor.” ¿Que mi proceder no es justo, casa de Israel? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo? Yo os juzgaré, pues, a cada uno según su proceder, casa de Israel, oráculo del Señor Yahvé. Convertíos y apartaos de todos vuestros crímenes; no haya para vosotros más ocasión de culpa. Descargaos de todos los crímenes que habéis cometido contra mí, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? Yo no me complazco en la muerte de nadie, sea quien fuere, oráculo del Señor Yahvé. Convertíos y vivid.
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