Ezequiel  20, 8-14

Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. Ninguno arrojó los ídolos que seducían sus ojos; ninguno abandonó las basuras de Egipto. Pensé entonces derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en medio del país de Egipto. Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no fuese yo profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a ellos, sacándolos del país de Egipto. Por eso, los saqué del país de Egipto y los conduje al desierto. Les di mis preceptos y les di a conocer mis normas, por las que el hombre vive, si las pone en práctica. Y les di además mis sábados como señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy Yahvé, que los santifico. Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no se condujeron según mis preceptos, rechazaron mis normas por las que vive el hombre, si las pone en práctica, y no hicieron más que profanar mis sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos. Pero tuve consideración a mi nombre, y procedí de modo que no fuese profanado a los ojos de las naciones, a la vista de las cuales los había sacado.
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