Ezequiel  20, 8-9

Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme. Ninguno arrojó los ídolos que seducían sus ojos; ninguno abandonó las basuras de Egipto. Pensé entonces derramar mi furor sobre ellos y desahogar en ellos mi cólera, en medio del país de Egipto. Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no fuese yo profanado a los ojos de las naciones entre las que ellos se encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a ellos, sacándolos del país de Egipto.
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