Ezequiel  3, 26-27

Voy a pegar tu lengua al paladar, te quedarás mudo y dejarás de ser su acusador, porque son una casa rebelde. Pero cuando vuelva a hablarte, abriré tu boca y les dirás: “Así dice el Señor Yahvé”; el que quiera que escuche y el que no, que lo deje; porque son una casa rebelde.
Ver contexto