Ezequiel  33, 12-20

«Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no le salvará el día de su perversión, ni la maldad del malvado le hará sucumbir el día en que se aparte de su maldad. Pero tampoco el justo vivirá en virtud de su justicia el día en que peque. Si yo digo al justo: “Vivirás”, pero él, fiándose de su justicia, comete la injusticia, no quedará memoria de toda su justicia, sino que morirá por la injusticia que cometió. Y si digo al malvado: “Vas a morir”, y él se aparta de su pecado y practica el derecho y la justicia, si devuelve la prenda, restituye lo que robó, observa los preceptos que dan la vida y deja de cometer injusticia, vivirá ciertamente, no morirá. Ninguno de los pecados que cometió se le recordará más: ha observado el derecho y la justicia; ciertamente vivirá.
«Y los hijos de tu pueblo dicen: “No es justo el proceder del Señor.” El proceder de ellos es el que no es justo. Cuando el justo se aparta de su justicia para cometer injusticia, muere por ello. Y cuando el malvado se aparta de su maldad y observa el derecho y la justicia, vive por ello. Y vosotros decís: “No es justo el proceder del Señor.” Yo os juzgaré, a cada uno según su conducta, casa de Israel.»
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