Filipenses 2, 7-11

sino que se despojó de sí mismo
tomando condición de esclavo.
Asumiendo semejanza humana
y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte
y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó
y le otorgó el Nombre,
que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese
que Cristo Jesús es el SEÑOR
para gloria de Dios Padre.
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