Filipenses 4, 10-19


Agradecimiento por la ayuda recibida.
Me alegré mucho en el Señor de que ya, por fin, han florecido vuestros buenos sentimientos para conmigo. Ya los teníais, sólo os faltaba la ocasión de manifestarlos. No lo digo movido por la necesidad, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo con Aquel que me da fuerzas. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. Y sabéis también vosotros, filipenses, que en el comienzo de la evangelización , cuando salí de Macedonia, ninguna iglesia me abrió cuenta de gastos y entradas, sino vosotros solos. Pues incluso cuando estaba yo en Tesalónica enviasteis por dos veces con que atender a mi necesidad. No es que yo busque el don; sino que busco que aumenten los intereses en vuestra cuenta. Tengo cuanto necesito, y me sobra; estoy al completo después de haber recibido de Epafrodito lo que me habéis enviado: suave aroma, sacrificio que Dios acepta con agrado. Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Ver contexto