Gálatas 3, 13-14

Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito el que cuelga de un madero. Y esto para que la bendición de Abrahán llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la promesa.
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