Gálatas 5, 1-12


Conclusión: la verdadera libertad cristiana.
Para ser libres nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os circuncidáis, Cristo no os aprovechará nada. De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley. Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Habéis caído en desgracia. En cuanto a nosotros por el Espíritu y la fe esperamos la justicia anhelada. Porque siendo de Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen eficacia, sino la fe que actúa por la caridad. Corríais bien, ¿quién os puso obstáculos para que no siguierais la verdad? Semejante persuasión no proviene de Aquel que os llama. Un poco de levadura hace fermentar toda la masa. Por mi parte, confío en el Señor que no cambiaréis de actitud; pero el que os perturba, quienquiera que sea, cargará con su sentencia. En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! ¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban!
Ver contexto